El Sembrador de Van Gogh, una réplica pintada a mano de la pintura al óleo de Vincent Van Gogh de 1888. Un bello cuadro paisajístico con una figura humana, en una escenacon poco cielo y un gigantesco sol vangoghiano que podría ser del amanecer o del atardecer.
Cuando pintó este oleo viviendo en Arlés, Vincent Van Gogh estaba un tanto obsesionado con la parábola del sembrador, esa historia bíblica (encontrada en varios lugares: Mateo 13:1-9, Marcos 4:1-9 y Lucas 8:4-8) que cuenta la historia de un hombre que va lanzando semillas y unas caen en terreno pedregoso (y se las comen los pájaros), otras entre espinos (y no salieron las plantas, claro), y otras se plantaron bien y crecieron.
Esta interesante historia metafórica nos recuerda a nuestra propia vida, ya que muchas de las cosas que hacemos no dan fruto, y solo unas pocas lo dan. Es por tanto una pintura famosa de Van Gogh con una interesante historia detrás.
El pintor de origen holandés hizo anteriormente varios dibujos y bocetos tratando este tema, pero nunca quedaba satisfecho. Incluso este cuadro que te presento Van Gogh lo consideró toda su vida un fracaso. Hay que decir en favor de Vincent que supuestamente este cuadro fue pintado de memoria, sin basarse en una imagen vista sino recordada, lo que suele ser más difícil (y requiere un gran grado de visualización creativa)
Otro título por el que se conoce a este oleo es Segador a la puesta de sol (1888), y el original se encuentra actualmente en el Museo Krüller-Müller